top of page

Ser flexibles, la importancia para nuestra salud


La importancia de la flexibilidad en nuestra alimentacion

Si me sigues desde hace un tiempo sabes que me encanta viajar, y estando de viaje mi as bajo la manga en relación a la alimentación es la FLEXIBILIDAD.


Si fuese inflexible e intransigente me sería muy complicado alimentarme porque no siempre voy por sitios donde sea sencillo comer, por idioma (como en china) o por disponibilidad (como en áfrica) o incluso porque me perdería de la cocina autóctona que para mí es importante al descubrir un país.


Cuando me responsabilicé de mi salud y con ello de mi alimentación, recurrí a un profesional que me marcó unas pautas que establecían qué era más interesante consumir y qué cosas debía evitar o restringir. Al tener una patología autoinmune (hipotiroidismo) al principio seguir a rajatabla estas pautas era necesario para restablecer el equilibrio del cuerpo y por ende la salud.


Seguir una pauta nutricional de manera super estricta es factible en un período corto de tiempo, normalmente hasta que nos estabilizamos, luego para poder mantener esta forma de alimentación y además que eso sea sostenible en el tiempo, tenemos que abrazarnos a la flexibilidad.


La flexibilidad entendida como aquello que posibilita el movimiento, es decir, intentar comer saludable el 90% de las veces aunque un 10% no sea así.

Y no como: “bueno hay que comer de todo un poco porque de algo hay que morirse.”


En las charlas que imparto siempre lo comento, es peor el estrés que nos supone una limitación en nuestra vida, como no poder quedar con nuestros amigos a comer para no salirnos de nuestras pautas, que la flexibilidad de adaptar una línea nutricional a la circunstancia en la que estamos.


La flexibilidad no es sólo necesaria a nivel corporal, sino en nuestras células.


Si tenemos células flexibles tenemos capacidad de cambio a nivel de pensamiento, nuestro sistema inmune puede resolver y tenemos una gran capacidad de cambio a nivel metabólico, es decir que si enfermamos podemos curarnos en corto tiempo.


Si durante la mayor parte del tiempo somos consecuentes con nuestra filosofía de vida y con nuestro pensamiento en relación a la salud nuestro cuerpo puede resolver la ingesta de algo fuera de la norma.


Sería un diálogo interno parecido a este:


“Venga va! Que la mayor parte del tiempo estoy recibiendo alimentos reales y de calidad, también me está dando descanso, ejercicio, caminatas al sol, mis momentos de tranquilidad y felicidad. Así que hoy, que se ha comido ese trozo de pan con sus amigos, voy a darle tregua. Me pondré manos a la obra y resolveré esa inflamación.”


Los grandes científicos están de acuerdo en que: sobreviven solamente aquellas especies cuya capacidad de adaptarse es sobresaliente en el medio en donde viven.


Ser flexibles nos hace focalizarnos en la posibilidad y no en la restricción.


Cuando salimos ya no nos comemos la cesta de pan completa porque hemos estado en abstinencia, simplemente comemos un pedacito de pan y lo disfrutamos, nos sacamos el gusto, lo saboreamos y ya está. Porque lo importante no está en el pedazo de pan, sino sino con quién estamos pasando ese momento.


Ósea que la flexibilidad no es otra cosa que la capacidad de adaptarnos rápidamente a las circunstancias, los tiempos y las personas, modificando nuestras actitudes y puntos de vista, para lograr una mejor convivencia y entendimiento.


Ser flexibles en la alimentación es lo que nos permite adaptarnos y ser consistentes en el tiempo.


Nos permite llevar una vida social, probar cosas nuevas, disfrutar de algo excepcionalmente simplemente porque nos apetece sin sentir que nos hemos fallado a nuestra promesa de cuidarnos y de comer bien.


Minimiza una acción puntual y engrandece el hacer cotidiano.


Ser flexibles actúa como un colchoncito que nos amortigua el sufrimiento y nos habilita a movernos para conseguir lo que queremos. LA FLEXIBILIDAD Y LA ALIMENTACIÓN

Las GRASAS NATURALES como “macronutriente” son necesarias para tener FLEXIBILIDAD en nuestras células.

Las necesitamos para amortiguar por eso las tenemos en las vísceras, como protector de nuestra temperatura, para poder hacer ejercicio físico y para poder resolver las inflamaciones ya que contienen vitamina D y A.

¿A qué ahora no ves las grasas con los mismos ojos? Y no! Esa bolsa de patatas fritas del super precisamente no es ejemplo de grasas saludables. Para incorporar a la dieta grasas saludables elige: aguacates, aceite de coco, aceite de oliva en frío, frutos secos naturales, huevos ecológicos, cacao puro y pescado azul.


¿Cómo llevas esto de ser flexible en la alimentación?

Cuéntamelo en los comentarios



Te leo,


Laura

Tu aliada en la cocina nutritiva, variada y saludable.

 

Otras entradas que pueden interesarte

bottom of page