La importancia del orden si llevas una alimentación saludable
Mantener el orden y la limpieza en cualquier espacio en el que nosotros nos movamos nos da la sensación de claridad y que tenemos el camino despejado para avanzar.
Y me dirás ¿Qué tiene que ver esto con querer llevar una alimentación saludable?
Pues básicamente que nos alimentamos varias veces al día y que es alrededor de la cocina y de la mesa donde nos congregamos como familia o pasamos el tiempo al preparar nuestros alimentos.
Si todo está manga por hombros, no encontramos nada y si el hecho de ponernos a cocinar supone una odisea titánica, acabaremos desistiendo.
Por tanto, si un espacio está ordenado, te darán más ganas de pasar tiempo en él.
Si nuestra nevera o alacena está abarrotada de productos pocos saludables, tendremos al alcance de la mano la excusa perfecta de comer mal o procastinar la tarea de alimentarnos mejor.
¿Qué cosas podríamos denominar como “poco saludables”?
Por empezar todo lo que sea procesado, luego los azúcares y las harinas refinadas, bollería y productos industriales, salsas comerciales, pastillas de caldo, zumos envasados, latas de refrescos, etc.
Otra desventaja de tener todo amontonado es que no somos conscientes de lo que tenemos, de lo que podemos utilizar, porque no lo encontramos, o de aquello que podríamos destinar a otros fines.
Y esto resalta un punto importante: NO ESTAMOS SIENDO CONSCIENTES
Al hacer una limpieza tomamos consciencia de cómo nos alimentamos, porque tenemos ante nuestras narices los productos que hemos decidido comprar y consumir. Es decir, tal como nos sentimos hoy, es consecuencia directa de nuestras decisiones de consumo en el pasado.
Y antes de pasar a lo práctico, un último inciso sobre la limpieza y el orden.
Limpiar y deshacernos de todo lo que no contribuye a nuestro objetivo, implica practicar el desapego.
Es decir, despedirnos del estilo de vida que llevamos y que no contribuye a nuestra salud en contraprestación con un nuevo estilo de vida, alineado con el objetivo que nos hemos marcado de cuidarnos, sentirnos con más energía, más saludables, mejor de ánimo, dormir mejor, etc.
EL ABC DE LA LIMPIEZA DE LA ALACENA Y LA COCINA
AFUERA LO QUE NO SIRVE
Saca hacia afuera todo lo que tienes almacenado. Revisa uno por uno los productos, comprobando fecha de caducidad, y quédate sólo con aquellos que sean acordes a tu objetivo. Rodéate de lo que contribuye a tu bienestar.
¿Qué puedes hacer con el resto? Buscarles un nuevo hogar donde reciban alimentos.
ORDENA POR CATEGORÍAS
Empieza de lo más sencillo a lo más complejo para que vayas cogiendo práctica.
Clasifica tus productos en categorías: legumbres, conservas, especias, frutas, verduras, frutos secos, pasta, semillas, infusiones, etc. y ponlos todo en un mismo sitio.
Etiqueta los productos, y así serás más efectivo cuando te dispongas a cocinar, ya que un plis plas encontrarás todo.
NO TE DEJES ESTAR
No busques el día perfecto, simplemente resérvate un día en el que dispongas de unas horas y ponte a ello. No lo hagas por partes, ni te pongas a armar una pila para después, porque así no terminarás de deshacerte de todo.
Cuando termines tu limpieza, lo descartado tiene que ir fuera de casa. Ya que, si queda dentro, aunque sea en forma de bulto, ocupa espacio y no contribuye al orden.
DEJARLE LUGAR A LO NUEVO
Una vez tengas todo limpio y ordenado, podrás sentarte papel y boli en mano, para hacer una lista de lo que te falta en la nevera o la alacena y con ello hacer una compra alineada a tu objetivo.
Ahora tienes espacio en la despensa y en la nevera para que frutas, verduras y alimentos ricos y sanos formen parte de tu día a día.
¿Qué te parecen estos consejos? ¿Te gustaría regalarme alguno extra?
Cuéntamelo en los comentarios
Te leo,
Laura
Tu aliada en la cocina nutritiva, variada y saludable.
