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El motivo por el cual abandonamos nuestros hábitos saludables


La perfección enemiga del comer saludable

Uno de los fantasmas que a mí se me suele cruzar a menudo cuando me propongo hacer algo por primera vez, es la famosa PERFECCIÓN.


Tan sólo por el hecho de no hacerlo perfecto desde el principio, mi mente me dice que no merece la pena y entonces lo postergo.


¿Pero quién de pequeño ha dado el primer paso sin haberse llevado un coscorrón antes? NADIE. Sin embargo, la mente nos juega malas pasadas.


El PERFECCIONISMO es otro aliado de la procrastinación.

Nos produce PARÁLISIS, postergando aquello que habíamos decidido llevar a cabo.


¿Qué triquiñuela usamos?

Pues plantearnos estándares altos y difíciles de alcanzar que al final es mejor dejar la misión inconclusa o ni siquiera ponernos a ello.


El perfeccionismo, que habita dentro nuestro, cobra diferentes formas para hacernos abandonar aquello que nos habíamos propuesto. Pero no es el malo de la película sino una forma de protegernos, concretamente del miedo al cambio y a las consecuencias de decir no.


Estas son las formas en las que identifico a la PERFECCIONISTA que me habita por si se parece a la tuya/o.


UN PEQUEÑO CAMBIO DE PLANES NOS HACE TIRAR TODO POR LA BORDA


A diario tengo en mi agenda una serie de tareas que me he propuesto hacer durante el día, pero de repente me surge un imprevisto a primera hora y como ya no puedo seguir a pies juntillas el plan tal como lo había diseñado, lo cancelo por completo.


Esto me pasaba de igual manera cuando comencé con el cambio en la alimentación y de repente surgía una comida con un cliente. Como ya no podía seguir mi plan de comidas a rajatabla, lo abandonaba por completo ese día o la semana entera.


Otras veces, disponemos sólo de 10-15 minutos para invertirlos en una actividad y los despreciamos porque creemos en nuestra cabeza que necesitaríamos 2 horas o mucho más tiempo del que verdaderamente es necesario.


NOS PERDEMOS EN LOS DETALLES EN VEZ DE ATENDER EL CONJUNTO


Esta veta del perfeccionismo es la más común, y la que más me encuentro con de mis clientes cuando cocino en sus casas. Nos proponemos comer más saludable y comenzamos a rizar tanto el rizo que acabamos por abandonar.


Te pongo un ejemplo, decimos: “quiero comer más sano, y que además los productos sean bio y de proximidad y libres de metales pesados, de origen nacional y también a un precio asequible”. CHAU, MISION IMPOSIBLE.


No es que sea imposible alcanzar eso, sino que lo primero es ser realistas sobre nuestro punto de partida.


Cuanto más sencillo nos lo pongamos al principio, más fácil nos será alcanzar aquello que nos hemos propuesto. Luego habrá tiempo de ir perfilando nuestras acciones en el futuro. Pero hoy SIMPLIFIQUEMOS, sólo con eliminar de nuestra compra los productos procesados y comprar un 90% de comida real, es suficiente. Luego se verá.


BUSCAMOS LA SITUACIÓN IDEAL


Y la tercera grieta por donde se nos cuela el perfeccionismo, es ir en busca de la situación ideal para alcanzar aquello que queremos conseguir.


Si nos hemos planteado alimentarnos mejor, nos decimos: “es que justo el fin de semana me voy de viaje”, “luego que pasen las fiestas me cuidaré en lo que coma”, “este sábado nos juntamos con la familia, así que mejor empiezo el lunes”, etc


Como creemos que no es una situación ideal entonces directamente no nos comprometemos con ello. Pero la situación ideal no existe. Hay que ponerse en marcha y en el medio ser flexibles para cambiar los planes un poco, sin desvirtuarnos tanto de nuestro objetivo.


¿QUÉ PODEMOS HACER PARA SALIR DE ESTE AUTOMÁTICO?


Te cuento lo que me funciona, aunque pueda parecer a priori, una tontería.


¿Quieres convertirte en un mejor escritor? Sólo escribe un párrafo, y luego te encontrarás escribiendo por más de una hora.


¿Quieres comer más saludable? Sólo come un pedazo de fruta, que luego te encontrarás inspirado a comer una ensalada sana.


¿Quieres crearte el hábito de la lectura? Sólo lee la primera página de un nuevo libro y antes de que te des cuenta habrás leído los primeros tres capítulos.


¿Quieres correr tres veces a la semana? Todos los lunes, miércoles y viernes ponte tus tenis para correr y sal y pronto terminarás fortaleciendo tus piernas y sintiéndote mejor.


Como ves no hay ningún misterio. Sólo se trata de PONERSE EN MARCHA.


Ya lo decía Isaac Newton: “los objetos en descanso tienden a mantenerse en descanso; y los objetos en movimiento tienden a mantenerse en movimiento”


Una vez que empezamos a hacer algo, es más fácil continuar haciéndolo, porque adoptamos la idea de que todas las cosas ocurren una vez que las iniciamos.


No se trata de los resultados que quieres alcanzar, sino del proceso real de hacer el trabajo. El enfoque está en actuar y en dejar que las cosas fluyan a partir de ello.


El perfeccionismo nos lleva a la inacción por miedo.


Miedo a equivocarnos, a no hacerlo bien, a que el resultado no sea lo suficientemente bueno, a que nos critiquen, a que no veamos un progreso y por tanto nos sintamos como un fracaso.


Siendo una perfeccionista empedernida (pero trabajando a diario para modificarlo), lo que me gustaría transmitirte es que por querer hacer algo de forma perfecta muchas veces no damos el primer paso, desmereciéndolo, cuando en realidad es el más importante.


Te comparto lo que me repito cuando identifico a la perfección queriendo mover sus hilos: Haz lo que puedas, cuando puedas y con los recursos que tengas; porque eso va a ser más asequible, más productivo y más saludable que pretender alcanzar la perfección porque básicamente la perfección no existe.


¿También te paraliza el perfeccionismo? ¿Qué haces para ponerte en marcha? Cuéntamelo en los comentarios



Te leo,


Laura

Tu aliada en la cocina nutritiva, variada y saludable.

 

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