HALLOWEEN: Un momento para purificar

Empecé a tener más presente la celebración de Halloween cuando me vine a vivir a España, porque en Argentina no era algo que se celebrara (a lo mejor hoy ha cambiado) como aquí entre amigos, disfrazados o en el cole con los más peques. Es más bien un día donde los creyentes visitan a sus seres queridos en el cementerio, les llevan flores y de alguna manera recuerdan su presencia.
Hace un año unos amigos organizaron una fiesta de disfraces para Halloween y de esto que te lías la manta a la cabeza y allí que nos fuimos disfrazados con una super producción casera de maquillaje e indumentaria, a lo que se sumó comida terrorífica y una decoración a la que no le faltaba detalle: telas de arañas, tumbas, arañas, ojos de muertos, calabazas diabólicas y carameleras de calaveras. Una celebración entre amigos para pasar un momento juntos de una manera diferente fue lo que me motivó a participar.
Cuestionarme todo lo que me rodea es inevitable y te diría un aspecto de mí con el cual me cuesta no identificarme. Desde hace unos años, y haciendo uso de mi lado curioso, me propuse dejar de hacer las cosas porque sí, o porque las hacía así mi abuela, o porque vaya a saber quién había dicho que esa era la tradición. Quise saber qué pasa en cada estación, qué energías se manifiestan, que alimentos nos acompañan, que se celebra en cada festividad. Y con todo eso elegir y construir un ritual que me sirva a mí y que aporte valor a las circunstancias que esté atravesando. Creo que es una forma de deshacer el automático y de hacer que cada cosa que hago tenga sentido para la Laura que soy en ese momento.
Así que hoy dame permiso para contarte de manera muy breve el origen de Halloween para que si quieres puedas construir tu propio ritual, o al menos elegir qué quieres que vibre y se manifieste en tu persona.
El halloween que conocemos hoy, comenzó hace más de 3.000 años en Irlanda como un festival celta llamado Samhain: era el último día de la cosecha y el comienzo del invierno. Celebraban la fiesta de los muertos, del año que había concluido y el final de un ciclo completo de la rueda de la vida. El cambio de estaciones adquiría así una importancia mágica: en la hoguera de Samhain se quemaban ritualmente las brasas del año viejo purificándose, a través del fuego, los terrores del pasado y todo aquello que hubiera atribulado a una mente temerosa; de esta manera la gente podía enfrentarse a los oscuros meses invernales renovados.
En la noche del 31 de octubre los espíritus de los difuntos volvían para reunirse de nuevo con los vivos. La gente les encendía lumbres para guiarlos y les dejaban comida y bebida como ofrendas. Les pedían protección, consejo y fuerza para el nuevo ciclo y les daban las gracias. Una tradición que eventualmente se convirtió en lo que hoy llamamos trick or treat, donde los niños van de casa en casa pidiendo dulces.
Después que los romanos conquistaron a los celtas, y más adelante con la llegada del cristianismo, este ritual pagano fue convertido en uno religioso: El 31 de octubre se convirtió en la víspera del día de Todos los Santos (all hallow's eve) y de aquí el nombre de halloween y el 1 de noviembre se convirtió en el día de Todos los Santos, un día de rezo para honrar a las personas fallecidas.
Como ves el final y el principio son uno en la rueda del año y comienza con OSCURIDAD, con la celebración de la muerte. El inminente invierno está a la vuelta de la esquina, los árboles están perdiendo sus hojas y la energía empieza a concentrarse en las raíces, empieza un período cuya energía es la de la gestación, la energía de la semilla bajo la tierra.
Tanto si sigues alguna tradición pagana, como si no, si te gustan las celebraciones ancestrales, o si sólo te atrae como curiosidad, la noche del 31 de octubre tienes la oportunidad para hacer una limpieza de cosas que deben terminar, y 1 de noviembre empezar con un propósito nuevo.
Para mí es el momento perfecto para reflexionar cómo ha ido el año y además agradecer, recordar y proyectar. Pensar con fuerza y positividad en cómo puedo mejorar, pensar en aquellas ideas y proyectos que empezaré a gestar en este nuevo ciclo, y pasar a la acción creyendo en mí y en mi potencial.
Como te decía antes puedes construir tu ritual con lo que quieras y sientas, pero basta algo tan sencillo como escribir una lista de aquello que deseas dejar atrás, sumado a una intención, y con la llama de una vela, quemar la lista con la convicción de que aquello escrito en la hoja ha completado su ciclo y llega a su fin.
Como ves está en nosotros el hacer que una celebración tenga un sentido especial y sea una oportunidad para aportarnos valor a la persona que somos, más allá de la diversión de los disfraces y las fiestas.
Aún así si tienes fiestita de Halloween con tus amigos, los peques en el cole o la guarde te paso también cuatro opciones que puedes preparar casi sin cocción y con mucha imaginación.
Pincha en cada una de las imágenes y descubre lo fácil que es prepararlas!